Préstamos y avales del ICO por el impacto del COVID-19: puntos a tener en cuenta para cuantificar las necesidades financieras
Cuando se decretó el estado de alarma, en muchos supermercados se agotó el papel higiénico, debido a una patología psicológica llamada FOMO (del inglés fear of missing out, «temor a dejar pasar» o «temor a perderse algo»). Este miedo, parece repetirse en los empresarios, que no quieren quedarse sin liquidez, aunque en este caso, estamos ante un temor más fundado, ya que la incertidumbre sobre cuánto va a durar esta situación que socaba la liquidez de los autónomos y las empresas, ha provocado que la primera línea de avales del ICO se agote incluso antes de estar disponible.
Según diversas entidades financieras, la primera línea de 20.000 millones se va a quedar muy corta y va a durar solo unas pocas horas, ya que algunos bancos ya están ofreciendo esta financiación a sus clientes, de manera que tienen ya todo preparado para abalanzarse sobre estos fondos.
¿Para qué necesidades son las líneas de avales del ICO?
En el BOE 26 de marzo se publicaron las condiciones y requisitos para acceder al primer tramo de avales por un importe de 20.000 millones, otorgados por el Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital. Estos avales, tienen el objetivo de facilitar el acceso al crédito y dotar de liquidez a empresas y autónomos, para que de esta forma puedan hacer frente al impacto económico y social del COVID-19.
Sin embargo, estas necesidades deben ser concretas ya que estos fondos son exclusivamente para facilitar el mantenimiento del empleo y paliar los efectos económicos del COVID-19, siendo su objetivo cubrir los nuevos préstamos y las renovaciones de créditos concedidos por las entidades financieras a empresas y autónomos, para que estos puedan atender el pago de salarios, el pago de facturas de proveedores, o hacer frente a otras necesidades de circulante o de liquidez, incluyendo las derivadas de vencimientos de obligaciones financieras o tributarias.
El ICO especifica en su página web, que la financiación avalada no se podrá aplicar a la cancelación o amortización anticipada de deudas preexistentes y además las entidades financieras que canalicen estos fondos a sus clientes, tienen que comprometerse a no traspasar al Estado riesgos anteriores, realizando refinanciaciones o reestructuraciones de deuda de préstamos en vigor.
¿Cómo cuantificar las necesidades financieras derivadas del estado de alarma provocado por el COVID-19?
Las entidades financieras pueden solicitar que se concreten las necesidades de financiación en un informe en el que se destalle el impacto de la crisis en el negocio y sus efectos en el volumen de actividad, solicitando una previsión de necesidades de tesorería para los próximos meses, con estimación de la caída de ingresos, pagos fijos que se tienen que atender, vencimientos de deuda, etc.
En las empresas que están acostumbradas a trabajar con presupuestos anuales de su cuenta de explotación y de tesorería les será mucho más fácil determinar las necesidades financieras, aunque se estarán pidiendo fondos con la incógnita del tiempo que las empresas tendrán que permanecer cerradas o con su actividad bajo mínimos.
Es importante tener en cuenta a la hora de elaborar la previsión de tesorería los siguientes puntos:
La corriente de ingresos y gastos no tiene por qué coincidir con el flujo de entradas y salidas de dinero de la empresa
Es normal que existan diferencias en el tiempo entre la facturación y los cobros y el registro contable de las facturas de proveedores y acreedores y su pago.
En esta situación, es muy importante tener en cuenta que las empresas que se han quedado sin actividad o la han visto reducida significativamente, puede que tengan que afrontar pagos de proveedores que le concedieran crédito a 30 o 60 días.
Sin embargo, esta situación puede verse paliada, si las empresas han concedido crédito a sus clientes y estos pagan las facturas durante la vigencia del estado de alarma, o las han cobrado antes y disponen de la liquidez suficiente para hacer frente a los pagos de sus proveedores.
Previsión de impagos
En esta situación es conveniente tener en cuenta que se pueden producir impagos, incluso de clientes que siempre han atendido sus recibos, por lo que conviene ser prudente a la hora de valorar las facturas pendientes de cobro.
Pago de las liquidaciones tributarias
El 20 de abril las empresas están obligadas a realizar autoliquidaciones de IVA e IRPF, de manera que hay que tener en cuenta en las previsiones a realizar la posible salida de tesorería para hacer frente a las liquidaciones tributarias.
Conviene recordar que una de las medidas aprobadas por el Gobierno es la posibilidad de aplazar hasta 6 meses el ingreso de la deuda tributaria correspondiente a todas aquellas declaraciones-liquidaciones y autoliquidaciones que se realicen hasta el 30 mayo, sin intereses durante los 3 primeros meses.
Pago de las devoluciones de los préstamos
Solo la parte de los gastos financieros se refleja en la cuenta de resultados; sin embargo, las cuotas de la devolución del capital de los préstamos pueden suponer importantes salidas de tesorería que mermen la liquidez de la empresa.
Para todos aquellos profesionales que quieran perfeccionar sus conocimientos contables y aprender a realizar análisis financieros, para entre otras cosas, poder determinar las necesidades financieras de una empresa en una situación como la actual, el CEF.- pone a su disposición el Curso de Contabilidad Avanzada.
José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga
Colaborador del CEF.-