1. Introducción
Lo primero que nos sorprende cuando miramos por primera vez el balance del PGC 07 es la estructura y los nombres de los mismos. Ha desaparecido el Activo fijo, el Inmovilizado de toda la vida, y se ha sustituido por el Activo no corriente, pero el cambio no se queda sólo en los nombres, sino que, además, ha cambiado algo en la estructura del mismo. Observamos la desaparición de varias cuentas, la reubicación de otras y la aparición de varias nuevas.
En cuanto a las normas de valoración, que nos determinan por cuánto y qué aparece en el balance, si a primera vista el cambio no es mucho, éste es más importante a nivel conceptual, porque introduce la idea del flujo de caja como aspecto destacado de las operaciones. El plan ha dejado de ser preponderantemente jurídico para proponer una clasificación económica de los bienes y derechos de la empresa.
En esta línea nos encontramos con la desaparición del apartado A) del balance tradicional, Accionistas por desembolsos no exigidos. ¿Significa esto que las sociedades anónimas ya no pueden desembolsar parcialmente su capital social o es que el derecho contra los accionistas ya no existe? No, el PGC sólo regula la presentación de la información contable, pero nos podemos preguntar: ¿tiene la misma capacidad de producir ingresos en una empresa una máquina y un derecho contra los socios? Lógicamente, la respuesta es no, por lo que no deberían estar en el mismo apartado del balance. La idea del PGC 07, basándose en las NIIF, es que los fondos propios de la empresa, si bien jurídicamente son la cifra de capital social, económicamente sólo son lo efectivamente aportado por los socios, por lo que se ha producido una reubicación de la cuenta «Accionistas por desembolsos no exigidos», que ha pasado al pasivo del balance, como una parte negativa del patrimonio de la empresa. El derecho existe, pero desde el punto de vista económico lo vamos a considerar como una menor aportación de los socios.
El mismo camino ha seguido la cuenta de Acciones propias que, de estar en el activo del balance dentro del inmovilizado, ha pasado al pasivo del balance, también como una parte negativa del patrimonio de la empresa, ya que se considera que se ha producido una devolución de fondos a los accionistas. El sentido económico es similar a la reducción de capital. En ésta entregamos dinero a los socios y amortizamos, eliminamos la acción. Cuando la sociedad compra sus propias acciones a sus accionistas, la única diferencia es la no eliminación o amortización de la acción, es decir, cambia la forma mercantil elegida pero no el sentido económico.
En cuanto a los gastos por intereses diferidos, han desaparecido directamente del balance por dos causas. Por no cumplir la definición de activo del marco conceptual1, es decir, no están controlados económicamente por la empresa y, además, no se esperan beneficios económicos en el futuro. Recordemos que esta cuenta tiene su origen principalmente en los contratos de leasing, donde recoge los intereses reconocidos también en el pasivo del balance. Como esta forma de contabilizar las deudas ha cambiado y las deudas se llevan al coste amortizado, ha desaparecido esta cuenta, como veremos posteriormente.
En cuanto a los instrumentos financieros, se pasa a dar mucha mayor importancia a éstos, con un mayor detalle de los mismos, como se verá en los próximos capítulos de esta obra.