¿Qué factores pueden afectar al ciclo de vida de un contable?
No es lo mismo el ciclo de vida contable, que el ciclo de vida de un contable. En el primer caso estamos hablando del periodo de tiempo en el que se divide la actividad de la empresa, que generalmente es de un año, mientras que en el segundo caso, hablamos de las etapas que puede atravesar un contable, desde que comienza a prestar sus servicios en la organización, hasta que sale de esta.
El ciclo de vida de un contable puede ir parejo al de la empresa, atravesando las fases de nacimiento, crecimiento, madurez, declive y liquidación. Sin embargo, lo más habitual, es que los contables se incorporen en alguna de estas fases, su ciclo sea más corto y además este afectado por otros condicionantes.
Aunque quizás, su ciclo de vida se asemeje más al de un girasol, que después de germinar, empieza a echar raíces cada vez más profundas en la empresa, crece y se desarrolla, hasta el punto en que puede florecer en ella y ser un profesional muy apreciado por la dirección, hasta que empieza a marchitarse, lo cual en el mejor de los casos puede suceder en el momento de su jubilación.
Entre los factores que pueden afectar a la duración de un contable en una empresa, podemos destacar los siguientes:
La empresa crece más rápido que la formación del contable
Volviendo al ejemplo del girasol, si la empresa crece rápido y el contable no echa unas buenas raíces, su ciclo de vida se acabará pronto. Para echar unas buenas raíces, hay que alimentarlas con buenas dosis de formación.
Reducción de costes
La empresa decide reducir costes y entre ellos los administrativos y contables. En esta tesitura, un contable sénior con experiencia que cumple diligentemente con su trabajo, puede ser sustituido por profesionales con menor experiencia, que realicen sus prácticas con la contabilidad del negocio. En este punto, conviene recordar que la contabilidad también sirve de base para diferentes liquidaciones tributarias.
El contable realiza bien su trabajo y al no crear ningún problema su trabajo se considera fácil
En este caso, se puede caer en la tentación, de buscar para el puesto de contable a profesionales con menor formación y experiencia, o incluso familiares o amigos con una mínima formación contable, los cuales durante su proceso de aprendizaje pueden crear distorsiones en la contabilidad. Además, una reiteración de errores contables puede afectar de manera significativa a la imagen fiel de la empresa, lo cual puede derivar en inspecciones y sanciones por parte de la Agencia Tributaria.
La empresa tiene problemas por no tener buenos profesionales llevando su contabilidad
La empresa crece sin el control de gestión necesario, siendo la administración y la contabilidad un quebradero de cabeza constante para la dirección. En este contexto, un buen contable que arregle estos problemas y ponga la contabilidad en orden y al día, será un profesional valorado en la organización, en el que la dirección intentará apoyarse el máximo tiempo posible.
La empresa y su contabilidad se digitalizan
En este caso la empresa puede reducir sus equipos administrativos y contables, aunque hay que tener en cuenta que las empresas que innovan y se digitalizan, crecen más que las que no lo hacen, por lo que en este caso los contables pueden ser necesarios en otros puestos clave de la organización, como controllers.
El contable aprende de sus errores y realiza formación continua
Un joven profesional de la contabilidad puede cometer algunos errores contables, pero si aprende de ellos, los corrige y se forma continuamente puede trabajar muchos años llevando la contabilidad de la empresa.
El contable no es valorado en la organización
En algunas empresas el contable es como un bicho raro, que algunos llegan a denominar como un mal necesario y al que se califica de manera despectiva como personal improductivo. La falta de valoración y reconocimiento de un buen contable puede afectar a estos profesionales, que pueden buscar echar raíces en otra empresa en la que se reconozca su valía profesional.
Problemas con directivos y otros jefes de departamento
La contabilidad es un espejo de la gestión, en el que a algunos no les puede gustar ver la imagen que se refleja de su trabajo. En este caso, lo más fácil puede ser decir que la contabilidad está mal realizada y prescindir del contable. Este directivo, puede pensar que así ganará tiempo, pero en realidad está perdiendo un tiempo clave para tomar las decisiones que la empresa necesita.
Cambios en la dirección
Los contables, jefes de contabilidad y directores financieros son en muchas empresas personas de una gran confianza de los directivos. En los casos de cambios en las directivas, puede ser que los nuevos directivos prefieran trabajar con profesionales que ya son de su confianza y conocen, en lugar de mantener a los que contrató la anterior dirección.
Un buen contable debe estar bien formado, para estar en disposición de subirse al mejor tren que pase, donde su trabajo sea valorado y bien remunerado. Convierte en un profesional de la contabilidad con el amplio abanico de programas formativos en materia contable del CEF.-, entre los que destacan el Máster en Dirección y Gestión Contable y el Curso de Contabilidad Práctica.
José Ramón Fernández de la Cigoña Fraga
Colaborador del CEF.-